Ya sabes, seguir durmiendo tan poco y estar rellenando tu taza de café durante todo el día no es una forma sana de vivir, independiente de lo que nuestros estándares nos digan.
1. Duermes mal
Te cuesta conciliar el sueño y cuando finalmente lo haces duermes un sueño poco profundo o plagado de sueños desagradables.
2. No importa cuánto duermas, te sientes cansada igual
Pareciera que no hay cantidad de horas suficientes en el universo para que tu cerebro y tu cuerpo descansen.
3. Te resfrías con facilidad
Cuando estamos ante niveles altos de estrés nuestro sistema inmune sufre, lo que provoca que nos contagiemos incluso las enfermedades más comunes y fáciles de evitar.
4. Tienes dolores musculares
Especialmente en el cuello y en la espalda y son causados en general por la tensión acumulada en tu cuerpo y también por pasar sentadas trabajando tanto tiempo.
5. Estás constantemente preocupada
Si sientes que no puedes dejar de pensar en tu trabajo, en ese examen o en algo más que te preocupa, entonces es probable que estés más que sólo un poco estresada y debas considerar tomarte un descanso dentro de lo posible.
6. No logras manejar bien el estrés de la vida diaria
Incluso las cosas más pequeñas pueden enfurecerte y hacerte llorar, este es otro indicador que te dice que tu cuerpo ya no puede más.
7. Sientes constantes deseos de comer alimentos azucarados o comida basura
Cuando aumenta el estrés también aumentan los niveles de cortisol, la hormona del estrés, dentro del cuerpo algo que nos hace tener más deseos de consumir alimentos ricos en azúcar y grasas.
8. Usualmente te duele el estómago
Si bien los dolores de estómago pueden ser un síntoma de diversas enfermedades, también es posible que los experimentes con mayor frecuencia en períodos de mucho estrés o nerviosismo ya que nuestro sistema digestivo es extremadamente sensible ante el estrés que se da en nuestro cuerpo.
Fuente: psocl.commujer
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