La manzanilla es una de las hierbas más conocidas y usadas por su cantidad de propiedades curativas y también estéticas. Se la ingiere mayormente como té, pero también se puede utilizar en cremas o en forma de lociones.
Esta planta se la aplicaba ya en la Antigua Grecia, en Egipto y en el Imperio romano para tratar varias dolencias. Sin embargo, se volvió popular en la Edad Media, cuando se la consumía para asma, problemas nerviosos, náuseas, afecciones de la piel, etc.
Hoy en día, la manzanilla se la puede conseguir con facilidad en todo el mundo y es muy resistente a cualquier clima, por lo que se planta en un jardín o una maceta.
Algunos beneficios de consumir manzanilla
Las principales propiedades de esta hierba son antiinflamatorias, antialérgicas, antibacterianas y sedantes. Además, posee buenas ventajas digestivas, por lo que se recomienda beber una taza de té de manzanilla después de comer para aliviar dolores, calmar la pesadez y hasta en casos de úlceras o gastritis.
Es muy buena para tratar afecciones respiratorias como el asma, el resfrío, la fiebre alta y la bronquitis. Por su parte, a aquellas personas que no pueden dormir se les aconseja que beban una infusión de manzanilla para conseguir sueños más profundos. También es ideal para las mujeres que sufren de dolores menstruales intensos.
La manzanilla en la estética
Más allá de utilizar esta planta para fines medicinales, lo cierto es que es interesante en su utilización cosmética o de belleza. Por ejemplo, el uso más común es para aclarar el cabello: las mujeres castañas que desean ser más rubias, la usan como enjuague durante el verano, porque con la acción del sol se consiguen al menos dos tonos más claros.
Usada de forma tópica, tiene buenas propiedades para la piel. Las cremas o cataplasmas de manzanilla caseras son excelentes para regenerar los tejidos y los enjuagues son muy buenos para cicatrizar más rápido aftas o herpes bucales.
En el mercado puedes conseguir manzanilla en varias presentaciones: cremas, aceites esenciales, lociones y cápsulas. Sin embargo, lo más común y saludable es su infusión.
Cómo preparar té de manzanilla
Es muy sencillo el proceso para disfrutar de un buen té de manzanilla. Simplemente debes calentar agua hasta que hierva y en una taza colocar una cucharada de la hierba seca o también en saquitos (los compras en tiendas y dietéticas). Dejar tres minutos y colar.
Se puede beber esta infusión ya sea frío o caliente, según la época del año o los gustos de cada uno.
Fuente: El Dia
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