Ciertamente no deberías dudar de su amor; un hombre que en verdad te ama, se esforzará en demostrarlo TODOS los días. Y aunque a veces sientas que no está ahí para ti, piensa en los pequeños detalles que posiblemente estén pasando desapercibidos.
- Cargar tu bolso: Cargar el bolso de una mujer no es algo que un hombre haga por GUSTO. En
- cambio, lo harán sin problema cuando están completamente enamorados. Ya sea para ayudarte a no cargar de más o porque estás ocupada, tu galán no dudará en cargar tu bolsa aunque termine viéndose afeminado.
- Comprar tampones: No hay hombre que disfrute ir a una farmacia a comprar tampones. El pasillo de higiene femenina no es un lugar que frecuentaría por gusto, pero lo hará si te quiere y sabe que lo necesitas.
- Defenderte: Un hombre no defenderá a una mujer que no quiere. La mayoría de ellos prefiere evitar
- el drama, así que no provocarán un conflicto sólo por una chica que más o menos les gusta. En cambio, si eres especial para él, no dudará ni un segundo en defenderte de malas palabras o malos tratos. Y no sólo te defenderá, sino que estará dispuesto a protegerte de lo que sea.
- Perderse un partido por verte: El control del control remoto (valga la redundancia) es algo serio y aún más si va a haber un partido importante. Pero si ese partido choca con una cita… notarás si te quiere o no dependiendo de sus decisiones. ¿Qué es más importante para él? ¿El futbol o tener un momento lindo contigo? Si te elige a ti, no dudes de su cariño.
- Cuidarte cuando estés enferma: Te lleva caldo de pollo cuando estás mala del estómago y agua de limón cuando tienes gripa. Créeme, un chico que no te quiere no hará ni el intento de visitarte cuando estás mocosa y en cama. Porque, además de ir a atenderte, se está exponiendo a enfermarse también.
- Estar contigo en los momentos difíciles: Un hombre que te ame estará ahí en los peores momentos. Ya sea durante una operación, en un funeral o incluso después de una mala entrevista de trabajo. Si te quiere, se preocupará por ti y servirá de apoyo en los momentos rudos, ya sea para animarte o para secar tus lágrimas.
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