Y es que Prince es un icono en todos los sentidos. Consiguió construir su propia estética y jugó con los géneros cuando aún la sociedad se escandalizaba de la ambigüedad y la androginia que hoy aman las pasarelas. Su privilegiado armario estaba formado por todo tipo de tacones, incluidos los botines, usaba bastón sin necesitarlo y era un adicto a los sombreros.
Para Prince la provocación era una forma de vivir y de expresarse. Prescriptor de tendencias hasta el último momento: sus icónicas gafas de tres lentes ya han sido comercializadas por la marca Coco & Breezy.
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