¿Se acerca el fin de año y no sabés qué ponerte? La respuesta es simple, pues las costumbres lo ameritan: apostá por un look completamente rojo. Se trata del color representativo de esta época, cuya intensidad y espíritu festivo tiñen la decoración y vestimenta de millones de personas alrededor del mundo. Su valor simbólico trasciende la mera estética superficial, pero sus ventajas en materia de moda son innegables.
Su significado originario se remonta a la religión, particularmente a la tradición cristiana, la cual lo relaciona directamente con la sangre de Jesucristo, cuyo nacimiento se celebra el 25 de diciembre. De allí se deriva su vínculo con la energía vital y con el amor, cuya imagen representante es el corazón.
Sin embargo, su auténtica difusión mediática se dio en la década de 1920, cuando Coca-Cola encauzó una de las estrategias publicitarias más poderosas del siglo: vistió a Papa Noel con un traje rojo, haciéndolo coincidir con el color de su logo. Así fue cómo sus latas de gaseosa quedaron eternamente asociadas con la Navidad, trascendiendo las tradiciones a nivel global.
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