Hay un dicho que asegura que todo en la naturaleza australiana quiere matarte o comerte. Y parece ser que las aves tampoco son una excepción. De hecho, las autoridades sanitarias del país han decretado una alerta porque ha comenzado la estación en el que los magpies, un tipo de pájaros también conocidos como urracas australianas, comienzan a atacar a las personas.
Todos los años, en el período que va desde finales de septiembre a diciembre, se produce el período de anidación y puesta de huevos de estas aves. Una etapa en la que se vuelven muy agresivas y atacan a cualquier persona que merodee por la zona en la que han instalado sus nidos.
Las urracas australianas han desarrollado un tipo de ataque que consiste en lanzarse en picado contra su presa, para golpearla de forma seca con su pico. En 2016 se contabilizaron hasta cinco mil ataques por parte de estos pájaros. Y algunas de sus víctimas necesitaron atención hospitalaria, entre ellos un hombre al que le hirieron en un ojo.
Los especialistas del Flinders University Research Centre for Injury Studies explican además que, aunque no sea habitual, en algunas ocasiones las urracas han provocado indirectamente la muerte de alguna persona. Generalmente ciclistas que, al ser picoteados por las aves, perdieron el equilibrio y tuvieron una caída fatal.
Fuente: quo.esnaturaleza
Hay un dicho que asegura que todo en la naturaleza australiana quiere matarte o comerte. Y parece ser que las aves tampoco son una excepción. De hecho, las autoridades sanitarias del país han decretado una alerta porque ha comenzado la estación en el que los magpies, un tipo de pájaros también conocidos como urracas australianas, comienzan a atacar a las personas.
Todos los años, en el período que va desde finales de septiembre a diciembre, se produce el período de anidación y puesta de huevos de estas aves. Una etapa en la que se vuelven muy agresivas y atacan a cualquier persona que merodee por la zona en la que han instalado sus nidos.
Las urracas australianas han desarrollado un tipo de ataque que consiste en lanzarse en picado contra su presa, para golpearla de forma seca con su pico. En 2016 se contabilizaron hasta cinco mil ataques por parte de estos pájaros. Y algunas de sus víctimas necesitaron atención hospitalaria, entre ellos un hombre al que le hirieron en un ojo.
Los especialistas del Flinders University Research Centre for Injury Studies explican además que, aunque no sea habitual, en algunas ocasiones las urracas han provocado indirectamente la muerte de alguna persona. Generalmente ciclistas que, al ser picoteados por las aves, perdieron el equilibrio y tuvieron una caída fatal.
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