El 11 de junio, guardia de seguridad Devorise Nixon pidió una orden de tres piezas de pollo en un restaurante KFC en Los Ángeles y dijo que cuando mordió uno "fue muy desagradable. Escupí. Miré y me di cuenta de que tenía la forma de una rata con una cola y todo", contó en el programa radial The Randy Economy Show.
Nixon le tomó una foto, la puso en su página de Facebook y luego la guardó en su refrigerador. Volvió al restaurante donde había hecho la compra con las fotografías y el recibo.
La imagen de la pieza en forma de roedor rápidamente se volvió viral en las redes. Nixon recibió más de 4.200 solicitudes de amistades en esa red social, reportó Business Insider.
No obstante, el hecho de que una presa de pollo tenga forma de rata no es suficiente evidencia para confirmar de que se trate de una rata. "Nuestras piezas de pollo varían de tamaño y forma y actualmente no tenemos evidencia para afirmar que se trate de un roedor", dijo KFC en ese momento. "Hemos intentado contactarnos con Nixon pero el se niega a hablar con nosotros personalmente o a través de un abogado. No quiere venir con la presa de pollo en cuestión", añadió KFC.
Entonces la cadena de restaurantes decidió hacer una prueba gratuita en un laboratorio independiente. La conclusión: era pollo.
"El producto ahora ha sido examinado por un laboratorio independiente, que confirmó que es definitivamente un pedazo de pollo, como siempre lo supimos", dijo Rodrigo Coronel, portavoz de KFC.
Ahora KFC quiere una disculpa.
"Lo correcto sería que el cliente se disculpe y deje de hacer falsas acusaciones sobre la marca KFC", dijo Coronel.
John Cabtree, exempleado de KFC en Michigan, le dijo a "Today" que la presunta "cola" podría ser masa sobrante de la que usan para empanar las presas de pollo.
Ahora bien: si todo fue una estrategia publicitaria, funcionó, sin duda.
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