El príncipe heredero del Reino Unido nació en el Palacio de Buckingham (Londres), el 14 de noviembre de 1948. Hijo primogénito de la reina Isabel II y de Felipe de Edimburgo, fue bautizado por el arzobispo de Canterbury, Geoffrey Fisher, el 15 de diciembre del año de su nacimiento con el nombre de Carlos Felipe Arturo Jorge.
Carlos y Diana
La repentina muerte de su abuelo, el rey Jorge VI, el 6 de febrero de 1952, convirtió a su madre en la nueva reina de los británicos y colocó al pequeño Carlos en el primer puesto de la línea sucesoria al trono. En calidad de heredero, Carlos recibió el título de duque de Cornwall y otros distintivos nobiliarios de la región de Escocia. Aún no había cumplido los cinco años cuando, flanqueado por su abuela y su tía Margarita, Carlos asistió a la solemne ceremonia de coronación de Isabel II, celebrada en la Abadía de Westminster el 2 de junio de 1953. En 1958, la reina le nombró príncipe de Gales y conde de Chester.
Carlos inició su formación en el Hill House londinense y en el Cheam Scholl de Berkshire, y en abril de 1962 ingresó en Gordonstoun, la prestigiosa institución escocesa donde también había estudiado su padre, el duque de Edimburgo. Finalizada la enseñanza secundaria, se trasladó en 1967 a la Universidad de Cambridge para seguir estudios de arqueología, antropología e historia en el Trinity College, y se graduó en 1970. También aprendió galés en el Colegio Universitario de Aberystwyth, meses antes de la ceremonia oficial de su investidura como príncipe de Gales, que presidió la reina el 1 de julio de 1969 en el castillo de Caernarfon.
El príncipe Carlos tomó posesión de su escaño en la Cámara de los Lores el 11 de febrero de 1970 y entre 1971 y 1976 desarrolló la carrera militar en las Fuerzas Aéreas y en la Armada Británica. En los años siguientes, Carlos de Inglaterra diversificó sus intereses públicos en un amplio abanico de actividades, entre las que destacaron su compromiso con la defensa medioambiental y el patrimonio histórico nacional y su declarado aprecio por la arquitectura, el arte y las manifestaciones literarias. Al cumplimiento de sus numerosos compromisos oficiales, el príncipe añadió el patronazgo o la presidencia de alrededor de doscientas organizaciones de carácter educativo, científico, artístico o social.
Carlos y Diana
El príncipe Carlos y la futura princesa Diana de Gales se conocieron en 1977 en una partida de caza en Althorp. Su relación sentimental comenzó en 1979, tras coincidir ambos en una estancia en la residencia de verano de la Familia Real en Balmoral (Escocia). Doce años mayor que ella, Carlos anunció su compromiso en febrero de 1981, tras un discreto noviazgo. La boda, celebrada en julio del mismo año en la Catedral de San Pablo de Londres, constituyó un acontecimiento mediático sin precedentes.
En el día de su boda
Tempranos frutos del matrimonio fueron Guillermo, nacido en 1982, y Enrique, en 1984. Pero poco después del nacimiento de este último empezaron a circular especulaciones sobre serias desavenencias conyugales. Tales rumores tomaron cuerpo cuando, en 1987, Carlos y Diana pasaron por separado el sexto aniversario de su boda. Tras un rosario de crisis, con la excepción de las vacaciones de verano de 1991, el Primer Ministro John Major anunció ante la Cámara de los Comunes la separación de los príncipes, abriendo una crisis constitucional de sucesión en el trono.
Tras una verdadera guerra en los medios de comunicación, la confrontación entre Carlos y Diana llegó a su máxima virulencia con el reconocimiento en un programa de televisión por parte del primero de haber cometido adulterio (junio de 1994) y la réplica de Diana en el libro La princesa enamorada, de Anna Pasternak, en el que reconoció haber tenido relaciones con un profesor de equitación durante cinco años, extremo ratificado por Diana posteriormente en una entrevista televisiva concedida a la BBC en noviembre de 1995.
Con sus hijos Guillermo y Enrique
El divorcio se hizo público el 12 julio de 1996, dictándose la sentencia un mes y medio más tarde. Libre de toda la carga protocolaria, Diana se involucró en iniciativas humanitarias, participando especialmente en una campaña contra las minas antipersonas, en pro de la cual viajó a Angola en enero de 1997. Ello le acarreó más problemas con la Casa Real inglesa, de la que recibió acusaciones de inmiscuirse en asuntos de Estado. En agosto de 1997, Diana dio a conocer su idilio con el magnate egipcio Dodi Al-Fayed.
Diana murió el 31 de agosto de 1997 en un accidente de automóvil en París en el que también perdió la vida Al-Fayed; el choque se produjo cuando la pareja era perseguida por reporteros gráficos. La inmediata conmoción popular se unió al duelo manifestado por las principales personalidades internacionales y confirió a Diana una aureola especial, que la convirtió en un personaje casi venerado por buena parte de la población británica e incluso mundial.
A esto se unió su propia personalidad y su habitual participación en iniciativas públicas en defensa de distintas causas, la más famosa de las cuales fue la citada campaña para la proscripción de las minas antipersonas. El fallecimiento de Diana de Gales, por otra parte, ahondó en la crisis en que se hallaba sumida la monarquía británica tras casi una década de conflictos conyugales entre los descendientes de la reina Isabel II, y acentuó el rechazo de los súbditos a las distanciadas actitudes protocolarias de la Casa de Windsor.
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