Fuente: Actitud feme
1. Deseo de control: Vive obsesionado por ejercer el dominio entre quienes lo rodean, especialmente con su mujer e hijos/as.
2. Celos: Pueden convertirse en una obsesión.
3. Doble fachada: En público generalmente es seductor, simpático, amable, pero en la intimidad de su hogar puede llegar a ser muy agresivo y violento. No es extraño caer en la seducción de su discurso, incluso para jueces, policías, profesionales, amigos y parientes.
4. Aislamiento: Impone el confinamiento social de su entorno familiar. Una vez que se ha cerrado el cerco aumenta el dominio sobre su víctima, y no es casual que la mujer exprese que su casa se convierte en una verdadera “cárcel”.
5. Abuso de alcohol/drogas/medicamentos: Aunque no es causa de un comportamiento violento, se ha comprobado una frecuente asociación, ya sea porque potencia el enojo y la peligrosidad o porque inhibe el autocontrol.
6. Repetición del ciclo de la violencia: Cuantas más denuncias y episodios de violencia en períodos más cortos de tiempo, mayor peligrosidad del agresor e indefensión en la mujer.
7. Violentos con terceros: Los hijos y las mascotas pueden llegar a recibir maltratos a causa de la ira del agresor. Cuando conduce, el auto puede llegar a convertirse en trampa mortal para sí y terceros; abusa del riesgo y la velocidad.
8. Posesión de armas: Con mucha frecuencia se presenta la posesión y uso intimidatorio de armas de fuego; no obstante, cualquier objeto hogareño especialmente los cuchillos pueden convertirse en armas mortales, así como los puños y los pies, u objetos como escobas, cinturones, almohadones (para asfixiar), planchas y cigarrillos.
9. Desencadenantes de la violencia: Por lo general se comportan de manera sumamente violenta por hechos triviales que más tarde no recuerdan.
10. Golpes físicos: Algunos dejan marcas imperceptibles, y otros llegan a ser invalidantes (especialmente, cuando son en la cabeza, el cuello y el área abdominal durante el embarazo).
11. Cambios súbitos e impredecibles de humor: En un momento está bien y rápidamente explota. Suele destruir objetos sobre todo si son significativos para la mujer y los hijos (títulos universitarios, el jarrón de la abuelita, el juguete más preciado).
12. Espionaje: En algunas ocasiones emplea tácticas de espionaje o contrata a terceros, graba las conversaciones o borra el contestador telefónico, controla las salidas y las amistades de su mujer a través de sus hijos, compañeros de trabajo, familiares y amigos.
13. Simulacros y/o amenazas de suicidio u homicidio hacia su pareja, a sí mismo e hijos/as, situación extremadamente peligrosa. Cuando amenaza, lo hace para que sus comportamientos no trasciendan al exterior.
14. Busca aliados: En su entorno hace proselitismo para su causa. Utiliza a los hijos de mensajeros o espías de las actividades de la madre. Trata de comprometer e intenta la complicidad de los profesionales y coordinadores de los grupos de ayuda mutua.
15. Usa frecuentemente el sexo: Como señal de poder, recrimina a la mujer lo que en realidad son sus propias falencias y/o problemas (hay insultos frecuentes y sexistas). A la mujer la trata como una cosa.
16. Anónimo: No siempre se identifica, a veces, recurre a terceros para enviar mensajes, a llamados telefónicos anónimos (llama y cuelga), o envía cartas sin firmar.
17. Regalos: Obsequia regalos de manera interesada, inoportuna y para lograr el perdón.
18. Baja autoestima: Se siente inseguro, tanto en el papel de hijo como en el de padre, amante y/o esposo.
19. Dependencia emocional de la mujer: Esto puede ser fatal cuando la mujer decide abandonarlo... “Ella es todo para mí; si se va no respondo de las consecuencias”.
20. Depresión: Es frecuente que sufran estados depresivos.
Protege tu vida y la de tus hijos. Busca ayuda profesional.
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