La palabra, el fuerte de Yaqui Núñez del Risco ha sido el vehículo que han usado sus allegados para despedirlo. Es por esto que en su entierro, realizado la tarde de ayer en el cementerio Puerta del cielo, no solo hubo un panegírico.
El veterano comunicador falleció el pasado lunes, luego de permanecer desde el pasado 26 de agosto ingresado en el Centro de Diagnóstico Medicina Avanzada y Telemedicina (Cedimat), aquejado de problemas respiratorios.
El micrófono, instrumento que convirtió a Yaqui en una figura que le mereció el título de maestro, fue usado en tres ocasiones en el sepelio.
Su viuda, Susana Silfa y su hija, Maril, hablaron, con la emotividad que supone despedirse de su ser querido, de lo que significó él en sus vidas.
Casualmente, luego de estar todos los que asistieron al sepelio bajo las carpas sobre la última morada de los restos de Yaqui, empezó una ligera llovizna.
“Se que aunque a todos se les fue Yaqui. El padre, el hermano, la figura, el amigo, a mí se me fue mi esposo, la mitad de mí, mi compañero, mi vida, mi vida toda”, expresó Silfa, quien añadió que pese a que estos han sido los años más dificiles de su vida, también han sido de mucha enseñanza.
Agradeció a Yaqui por haberla escogido para ser su compañera en los últimos años de su vida. Años en los que, según expresó, asumió sin sentirlo como un sacrificio, atenderlo en todo luego que éste sufriera un accidente cerebro vascular en 2008. “Me nacían besos y palabras dulces cuando hacia las tareas propias de esta devas- tadora enfermedad”, dijo.
En su turno, Maril habló en nombre de ella y sus hermanos, Pedro, Yaqui, Piero, Ginny, Sabrina y Vilma, recordando el rol de padre que realizó Pedro Antonio Núñez del Risco, nombre completo del comunicador.
“Papi, tu voz no se ha apagado. Hoy nos damos cuenta de que la has regalado. Que la has regalado por completo a todos a quienes enseñaste a ser mejor en la televisión”, sostuvo.
Además, llamó a los discipulos de su padre en la comunicación a seguir sus enseñanzas en los distintos medios. “A ustedes a quienes escogió por el talento que vio, les decimos que es su turno ahora de practicar lo aprendido y ser mejores comunicadores en una televisioón que sume y que eduque más a los dominicanos”, manifestó Maril.
Previo a que las mencionadas damas hablaran, lo hizo el humorista, libretista y presentador de televisión José Jáquez, quien compartió con Núñez del Risco muchos años en el Show del Mediodía. Con su talento para la rima, Jáquez le dedicó a Yaqui un texto en el que conjugó, elogios, detalles del talento que tuvo el comunicador y programas de los que encabezó.
Al final de las palabras, Pedro Núñez Yangüela, hijo mayor de Yaqui, pidió un aplauso, el cual acompañó al féretro mientras era bajado.
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PALABRAS RIMADAS DE JOSÉ JÁQUEZ
“Yaqui pintor, paisajista, tu verbo se hizo acuarela y el genuino muralista pintó de acervo una escuela. Tú, mago de la palabra nos brindaste magia pura, legando en abracadabra cultura con sabrosura. Tú, de la palabra mago, del español una cumbre, caballero de Santiago, fuiste show, eres costumbre.
PALABRAS RIMADAS DE JOSÉ JÁQUEZ
“Yaqui pintor, paisajista, tu verbo se hizo acuarela y el genuino muralista pintó de acervo una escuela. Tú, mago de la palabra nos brindaste magia pura, legando en abracadabra cultura con sabrosura. Tú, de la palabra mago, del español una cumbre, caballero de Santiago, fuiste show, eres costumbre.
Sabemos que el tiempo pasa de noche y al mediodía, más nunca te iras de casa, hermano de la alegría. Nosotros a las ocho aquí y en todo tiempo vivido, nunca olvidaremos de ti ese lenguaje florido.
Ser un discípulo diestro me hace sentir orgulloso, ser alumno del maestro es un reto esplendoroso. Con las palabras jugaste cual certera greguería, preciso las hilvanaste sin lastimar melodía.
La magistral fluidez, unida a tu fiel memoria, exalta con brillantez tu valiosa trayectoria. Comunicador capaz, emprendedor y maestro, sabes por que no te vas, formas parte de lo nuestro.
Siempre en el diario vivir, muchos dirán lo que digo, otra vez con Yaqui si, estaremos tus amigos.
Tu vida es una oración que en el universo suena cual si fuera una canción. Vive Yaqui, enhorabuena. No hay cementerio, ni fosa, que el maestro de la cultura, ni un epitafio en la losa, menos aun sepultura, que pueda fingirte inerte porque hombres como tú espantan siempre a la muerte y viven en plenitud. Viva siempre el maestro”.
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