La rutina puede ser perjudicial para muchos aspectos de nuestras vidas, aunque en ciertas situaciones es necesaria porque nos aporta estabilidad.
Cuando llevamos tiempo en un trabajo, con una dieta o con una pareja podemos acabar por cansarnos y perder interés. La rutina puede meterse también en nuestro dormitorio. La pasión inicial que sentíamos al acercarnos a nuestra pareja, los fuegos artificiales que veíamos pueden ir disolviéndose y acabar por desaparecer hasta no quedar apenas unos restos, las cenizas del sexo que teníamos antes.
Las relaciones, en este caso las amorosas, pueden verse especialmente afectadas por la rutina. No es que se acabe el amor o que ya no exista deseo entre los dos por practicar sexo, sino que a fuerza de hacer siempre lo mismo y, en ocasiones de manera sistemática, acaba por resultar monótono y aburrido.
En ocasiones podemos encontrarnos ante una crisis de pareja cuando en realidad lo que ha ocurrido es que hemos caído en la monotonía. Es mucho menos preocupante que cuando se ha acabado el amor o aparecen terceras personas en la relación. Esto tiene solución, generalmente rápida y apenas implica un poco de interés por parte de los dos miembros de la pareja.
IDENTIFICAR QUÉ SE TRATA DE UNA RUTINA
De ahí que haya que identificar que el problema que existe en la relación viene derivado de la rutina resulta de lo más importante. ¿Cómo hacerlo? Si la situación que nos ocupa en la cama resulta aún más fácil de identificar, porque los síntomas resultan más que evidentes.
¿Has creado un calendario para determinar qué días de la semana vas a hacer el amor? ¿Nuestras relaciones siempre se desarrollan en el mismo sitio? ¿Practicas sexo de manera automática, cual si estuvieras en una gymkana en la que hay que ir superando diferentes pruebas? ¿Tienes dos o tres posturas que realizás sistemáticamente? Si has contestado que sí a alguna de estas cuestiones es cierto que estas instalados en la rutina.
Si, además de eso, sientes que en los últimos tiempos no nos apetece practicar sexo con nuestra pareja tienes un problema. La rutina ha hecho mella en nuestras relaciones. El hecho de que no quieras hacer el amor es debido a que no vez que exista ningún tipo de pasión en ello, es considerado poco más que una obligación, un trámite por el que pasar y que no resulta especialmente placentero.
La rutina se puede dar en la cama en una pareja que lleva años junta y en otra que apenas ha empezado a tener relaciones hace unos meses. Puede, incluso que a uno de los dos le afecte y al otro ni siquiera le importe. Esto no es ninguna ciencia exacta, por lo que tampoco hay plazos. Lo que sí es importante es tratar de ponerle remedio pronto, quizás antes de que acabe por hacer mella y uno de los dos vaya a buscar consuelo en otros brazos
¿CÓMO SUPERARLO?
El sexo puede llegar a convertirse en monótono y es entonces cuando hay que recordar lo divertido que es hacer el amor. Basta echarle un poco de imaginación y quizás también algo de picardía. No es momento de ser tímidos y sí de hablar con nuestra pareja de qué le apetece hacer y compartir aquello que tú deseas.
Si fantaseas con nuevas posturas en la cama, con un juego de roles o precisamente con salir de la cama y ponerle algo de chispa y atrevimiento a nuestros momentos sexuales es el momento de plantearlo. Sé tú el que dé el primer paso o pide a la otra persona que lo haga y te pille por sorpresa.
Lo contrario a la rutina, como puede ser practicar sexo en un momento inesperado o en un sitio en el que antes no lo habían hecho, es lo que necesitan para salir de esta situación. Con un poco de interés por las dos partes y la intención de mantener esa diversidad y atrevimiento en el futuro son las claves para no volver a aburrirnos en el dormitorio.
IDEAS PARA ROMPER CON LA RUTINA
La sorpresa y la espontaneidad son importantes para romper con la rutina en nuestras relaciones sexuales, pero en ocasiones no sabes cómo ponerlo en práctica. Por eso vamos a dar algunos consejos de cómo hacerlo y presta atención porque no todos tienen que ver con lo que ocurre en el dormitorio.
Es bien sabido que la imaginación es muy poderosa y el hecho de pensar en qué te va a hacer tu pareja en la cama puede hacer que el placer empiece mucho antes de llegar al dormitorio. Déjale notitas, mándale mensajes e incluso atrévete a hacerte alguna foto picante y envíasela. Eso sí, ser precavidos porque en ocasiones sucede que son otros los que acaban recogiendo los mensajes y no el destinatario y se puede crear un momento incómodo.
En el caso de parejas que llevan muchos años juntas es lógico hasta cierto punto caer en la rutina y no prepararse tanto para los momentos especiales. No hablo siquiera de los preliminares, sino de la ropa interior, haberse depilado y afeitado recientemente,... Todos esos pequeños detalles a los que damos tanta importancia cuando empezamos una relación y que con el tiempo caen en el olvido. Recupéralos.
Teniendo en cuenta todo lo que hemos visto en este artículo puede que la rutina, si luego se sabe salir airoso de ella, puede ser incluso buena para nuestra relación de pareja. NOs puede hacer buscar nuevas cosas y poner un punto de diversión en la cama.
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