El maquillaje para una sesión fotográfica debe ser más fuerte que el básico que usamos para salir a la calle, debido a la intensidad de la luz dada por los focos.
Los focos van a absorber dos tonos de luz como mínimo por lo que es recomendable aumentar la tonalidad de los colores. En las fotos en blanco y negro, los colores cambian a tonalidades grises, por lo que no es recomendable el uso del rojo (se transforma en un gris muy dramático), el negro y el blanco.
En gran parte, la labor del maquillaje se basa en las reglas de la plástica, es decir, la teoría de color, el manejo de la luz y la sombra, así como el dibujo del rostro y del cuerpo humano. El rostro y el cuerpo se convierten en el lienzo donde se efectúa la obra plástica.
La base tiene que ser mate, sin brillos en la cara.
Las cejas ayudan a realzar la mirada, con lo que se recomienda que estén bien dibujadas, ya que de esta forma se define la expresión de la cara. Si aplicas abundante máscara de pestañas, los ojos lucirán más grandes y expresivos.
Para definir la boca se usan lápices de labios, aunque si la cara es pequeña no hay que exagerar el maquillaje de la boca. Se evitan los lápices de labios muy claros porque no fotografían bien.
Fuente: Externa
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