Durante el encuentro con la prensa Cotto también confirmó una reducción en los homicidios durante los primeros días del año: hasta el 11 de enero se habían contabilizado 99 muertes violentas con un promedio de 9 homicidios al día. En esas mismas fechas un año atrás, la cifra era de 250 y 24 respectivamente.
El Salvador cerró 2016 con 5.278 homicidios y un promedio de 81,2 muertes violentas por cada 100.000 habitantes. Es implica una mejoría en la situación en comparación con 2015 —cuando se registró un promedio de 104 homicidios por cada 100.000 habitantes_, pero el país aún se considera uno de los más violentos del mundo
Aunque se ha especulado que la reducción en la cifra de homicidios se debe a que las maras o pandillas sepultan a sus víctimas "para mantener el crimen en la impunidad", los responsables de la seguridad pública del país rechazan esos rumores.
El ministro de Justicia y Seguridad Pública, comisionado Mauricio Ramírez Landaverde, afirmó que la baja en el número de homicidios es producto del trabajo de las fuerzas de seguridad y la implementación de medidas extraordinarias desde abril tras la matanza de once trabajadores, que se atribuye a las pandillas.
Éstas tienen presencia en barrios y comunidades populares y están integradas por más de 60.000 jóvenes y adultos a los que las autoridades responsabilizan de la mayoría de homicidios. Más de 13.000 están presos y sus cabecillas han sido enviados a una cárcel de máxima seguridad, donde están completamente incomunicados con el exterior.
Las pandillas están involucradas en el narcotráfico y el crimen organizado, extorsionan y cobran derecho de piso a comerciantes y empresarios del transporte, y asesinan a los que se niegan a pagar.
Fuente: Listin Diario
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