En el distrito municipal Juncalito, del municipio Jánico, en la provincia de Santiago, la gente reaccionó con jubilo al enterarse de que la Procuraduría Regional de Varsovia (Polonia) concluyó la investigación que llevaba a cabo sobre el caso del exsacerdote Wojciech Waldemar Gil, conocido en el país como Alberto Gil.
La fiscalía de Varsovia lo acusó de la comisión de diez delitos, entre ellos seis por atentar contra la libertad sexual de menores de edad de la comunidad Juncalito.
“Por fin parece que se va hacer justicia”, dijo a LISTÍN DIARIO Pedro Tomás Espinal, quien era asistente de ayudantía de la parroquia de Juncalito, cuando el padre Gil era párroco. Espinal, quien acompañó en dos ocasiones a Gil hacia Polonia, dijo que el escándalo que se desató asombró e indignó a todo el mundo en esa comunidad.
“El que la hace tiene que pagar y nos alegra que en Polonia se quiere hacer justicia con el sacerdote por los abusos sexuales en contra de menores que cometió aquí y en su país”, dijo.
De su lado, el comerciante Clemente Ramírez y la catequista Altagracia Peralta, declararon que los fieles de Juncalito están muy decepcionados con lo que hizo el padre Alberto, porque traicionó la confianza de la gente, por lo que dijeron que se sienten contentos de que la fiscalía de Varsovia haya notificado a las autoridades dominicanas sobre los cargos que debe enfrentar el exsacerdote polaco en su país.
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