Los sonámbulos son sugestionables. Su voluntad se abre al estímulo exterior del que luego no son conscientes. Pueden responder a órdenes de terceros con los que tienen o no algún tipo de confianza.
Una radio, una televisión lejana que puede servir de estímulo para que un sonámbulo se integre en una actividad. Esta inconsciencia pasajera hace que que sonámbulo también pueda perder la capacidad de controlar instintos primarios, como orinar, comer, defenders o incluso empujar con la pelvis.
Tener sexo mientras se duerme es una actividad más común de lo que se pensaba,según un estudio de la unidad del sueño del Hospital Universitario de Toronto.
El 11% de los hombres y hasta el 4% de las mujeres han tenido algún tipo de contacto oexperiencia sexual involuntaria mientras duermen. Esto va desde caricias simples hasta los revolcones más pasionales e incontrolables. Todo con la terrible sensación posterior de no recordar lo sucedido y con una implicación legal que los hace terriblemente peligrosos.
En realidad estamos ante una enfermedad. Una patología que forma parte de un trastorno más complejo y con comportamientos peligrosos más allá del sonambulismo y la parasomnia. El bruxismo y las micciones nocturnas incontroladas son otro de los síntomas.
El estudio, capitaneado por el Neuropsiquiatra Colin Shapiro, ha descubierto el mecanismo por el cual se puede llegar a tener sexo en estos estados de inconsciencia. Todo responde a fallos en nuestro cerebro. El Doctor lo ha bautizado con el nombre de “sexomnia”. No confundir con la Somnofilia, un tipo de parafilia de los que se excitan al interactuar sexualmente con los individuos dormidos.
El cerebro pasa por distintas fases de consciencia durante el sueño. Desde la fase de sueño lento (NREM) hasta las más profundas del sueño paradójico o REM.
Durante las transiciones de una a otra hay neuronas que permanecen descolgadas del proceso adaptativo. Les cuesta más pasar de fase. Mientras una parte del cerebro está absolutamente dormida otra permanece conectada y más despierta en una fase anterior provocando el cortocircuito en la consciencia general del individuo.
Concretamente, estas neuronas más perezosas corresponden a las zonas cerebrales donde residen los comportamientos primarios más arraigados. Comportamientos más relacionados con la supervivencia del individuo. La masticación, los esfínteres, la postura de defensa y, lógicamente, todos los procesos involucrados en la reproducción: el movimiento pélvico y el apetito o instinto sexual.
Por lo tanto este tipo de conducta no tiene nada que ver, en contra de lo que se pensaba, con los sueños calientes, pornográficos o sugestivamente sexuales que puede tener cualquier persona sana durante la noche.
Para demostrar este comportamiento los investigadores conectaron a todos los pacientes con problemas de sueño a un EGG (electroencefalograma) durante las sesiones para registrar su actividad cerebral. En uno de los casos se constató visualmente a una mujer masturbándose mientras su EGG mostraba la actividad propia de la inconsciencia del sueño.
El problema de los individuos que padecen de sexomnia viene cuando estos episodios se traducen en acciones violentas o contrarias a la voluntad de su acompañante. En el estudio del equipo de Dr. Shapiro se incluye la investigación de 11 casos de pacientes legalmente afectados por crisis de insomnio y derivados por sus psiquiatras. En todos ellos se inició un estudio del sueño controlado por vídeo y EGG.
En la mayoría se observaron y diagnosticaron casos de parasomnia, sonambulismo y problemas asociados al sueño como apneas y disminución en la saturación de oxígeno. Incluso en alguno caso se demostró con vídeo que estas afecciones provocaron casos de sexomnia.
Es el caso de LD, un paciente de 35 años, casado, que acusado de agredir sexualmente a una niña de 12 años de edad y posteriormente condenado a tres años de libertad condicional. Diagnosticado con esquizofrenia y síndrome de alcoholismo fetal (su madre era alcohólica) accedió a someterse a las pruebas del sueño junto a su mujer.
Como el resto de pacientes se apreció parasomnia y episodios de sonambulismo. Durante las pruebas de vídeo también se observó cómo el paciente iniciaba un contacto sexual con su señora durante la fase 1 de sueño. No recordaba nada al despertar.
No es la primera vez que ocurre. En Mayo de 2012 Stephen Lee Davis, un británico de 43 años acusado de violación fue exculpado del delito en una polémica sentencia por padecer “Sexomnia”, esta alteración de la conducta sexual aparecida durante la fase de sueño profundo que puede ser responsable de muchas conductas delictivas.
Fuente: cienciaxplora.com
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