La inteligencia emocional es aquella capacidad que permite
controlar las emociones y expresarlas de forma asertiva.
Aunque la palabra "inteligencia" suele estar
ligada con conceptos relacionados con la memoria y la capacidad cognitiva, la
mente es mucho más amplia y muy pocas veces las personas son conscientes del
poder que pueden tener sobre su mundo interior.
El periodista Carlos Sánchez escribió el libro digital
'Desahógate, guía de entrada a tu mundo interior', que se puede descargar a
tráves de su página web: www.carlossanchez.co/despierta-ya.
Allí habla sobre su proceso para salir de 14 años de
adicción al juego, y de su entendimiento de que la fortaleza para superar ese
problema estaba dentro de él.
"Intenté con millones de cosas que me permitieron ver
que la verdad estaba dentro de mi y que si yo no construía un mundo interior
propio, jamás iba a salir de ese entorno nocivo", explica Carlos sobre la
forma en la que superó su adicción, una lucha en la que trabaja todos los días.
El autor ofrece en su libro algunas pautas para el manejo de
once emociones. "No se deben entender como buenas o malas, la idea está en
sentirlas, darles su lugar y seguir adelante. Hay que liberarse de las cosas negativas
que no te llevarán a ningún lugar, por el contrario, te limitarán y te robarán
tiempo valioso".
IRA: Es una emoción primaria, muy tóxica, que
genera en los individuos una enorme incapacidad de manejarla, llevándolos a
desatar sentimientos destructivos. Sin duda es la más violenta de todas las
emociones humanas. Como tratas serás tratado. Es peligrosa porque genera una
reacción, es decir, un conflicto entre dos personas. Sin embargo, es aún más
peligrosa cuando no se saca, sino que se guarda y como una olla a presión
explota en cualquier momento.
MIEDO: "Los monstruos no están debajo de tu
cama, están dentro de tu cabeza", es la mente quien dice qué creer y en
qué no. El miedo muchas veces es positivo, porque el temor puede evitar que
hagamos cosas que en el interior sabemos que nos harán daño. La valentía no es
la ausencia del miedo, es el conocimiento y la destreza para controlarlo. En
lugar de evadirlo, confróntelo, haga un análisis de a qué es lo que le teme,
imáginese como vencedor y haga que pase.
ENVIDIA: Sin duda el mundo de hoy sufre de
envidia. Pareciera que no toleráramos ver al otro feliz y pleno como ser
humano, porque nuestros propios fantasmas nos están recordando nuestra
incapacidad para conquistarnos y comprendernos.
Si se le da vuelta a la envidia, y se le toma como un motor
para alcanzar eso que se sueña o que llama la atención en otra persona, puede
ser un increíble aliciente para superar los fantasmas y encontrar
el camino hacia el éxito.
Ansiedad: "Un grito del alma presa de sí
misma". Hay que tener cuidado porque el acto de luchar contra la ansiedad
puede provocar más estrés. Las personas con ansiedad tienden a hacer
respiraciones más rápidas o a tomar más oxígeno del que necesitan. Esto se
llama "hiperventilación", y es responsable de muchos de los síntomas
de ataques de ansiedad. Se aconseja entrenar al cuerpo para respirar más
despacio y mejor, de tal forma que el cuerpo reciba el oxígeno necesario.
CELOS: "En los celos están
intrínsecos el afán de posesión, el temor a la pérdida, ciertas dosis de
egoísmo, actos de violencia, pulsión de muerte y una estrecha relación con el
erotismo". Son propios de personas inseguras.
Cuando
aparecen de forma ocasional y ante la mirada o el halago de un tercero pueden
resultar simpáticos, pero a largo plazo no tienen ningún beneficio. Recuerde
que nadie pertenece a nadie, la pareja existe porque dos personas deciden
voluntariamente estar juntos.
EL APEGO: "Yo me apego, tú te apegas,
él se apega, nosotros nos apegamos, ustedes se apegan, ellos y ellas se
apegan". Es una dependencia que muy pocas veces se evidencia como útil,
debido a que implica poner en manos de otra persona la posibilidad de ser
feliz. Se anteponen los deseos, los sueños y las creencias de otro. Se cae
fácilmente en los chantajes emocionales, se asumen culpas imaginarias y se
sacrifica la felicidad y la tranquilidad, para dársela a otros.
ADICCIONES: "El infierno de la vida. Una
persona autodestructiva es una persona sin amor propio, con poca confianza en
sí misma, con un deseo interior permanente de agresión. Suelen tener una
sensibilidad muy alta. Todos tenemos un sentimiento latente de autodestrucción,
es por eso que es vital fluir, dejar ir y encontrar el poder que está dentro de
nosotros. En la medida en que se le da poder a la voz interior negativa, se
pierde el control para salir adelante".
UTOESTIMA: "El primer paso hacia el
éxito es quererse a si mismo". La autoestima es importante porque la
valoración de si mismo es la fuente de la salud mental, es la idea que usted
tiene de si mismo y tiene grandes efectos en su pensamietos, emociones, valores
y metas. La baja autestima lo va a hacer sentir inapropiado en la vida y lo va
a llevar a creer que usted no merece cosas buenas. Sus elecciones serán
erróneas y sus metas serán negativas y tendrá comportamientos destructivos.
SOBERBIA: El mandamás inseguro. Es propio de
personas que están buscando y desean con anhelo tener reconocimiento y
distinción por parte de los demás. Esto cobija a todas las personas que desean
controlar a los demás, que no aceptan que cada quien tenga su propia opinión o
un gusto diferente. Si bien es necesario que toda persona reconozca su
capacidad y su valor, siempre es mejor demostrarlo con hechos. Existe una línea
fina entre ser muy confiado y tener un ego fuera de control.
CULPA: "Soy culpable por el solo
hecho de haber nacido". Asumir la responsabilidad frente a todo tipo de
circunstancias no lo hace estar al frente de la situación, por el contrario, le
otorga un peso de remordimiento que no le ofrece ninguna solución. Los
sentimientos de culpa atan al pasado o a determinadas personas. Ser conscientes
de que esos sentimientos están equivocados, libera. La culpa hace a las
personas más débiles y víctimas más fáciles de las relaciones tóxicas.
PEREZA: "La pereza esta asociada
con el aplazamiento permanente de los objetivos, sueños y metas". Hace que
su atención se disuelva con cualquier otra actividad, disolviendo el objetivo
principal por el cual quiere luchar, alejándolo de sus objetivos, de su
verdadero éxito y desarrollo. Muchas veces se origina por falta de motivación,
si su trabajo no le gusta, ni le apasiona, cámbielo o trate de encontrar una
actividad que le genere emoción y sensación de triunfo.
Fuente:
http://www.msn.com
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