Fuente: El Caribe
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La razón de ese “chismorreo raro” es que sentirse emocionalmente cerca de un amigo aumenta los niveles de progesterona, ayudando así a reducir la ansiedad y el estrés.
El estudio, de la Universidad de Michigan, vincula una hormona femenina con el comportamiento social y el estado de ánimo de las mujeres. Se trata de la progesterona, una hormona sexual que fluctúa con el ciclo menstrual y que, junto con los estrógenos, contribuye a la formación de los caracteres sexuales secundarios femeninos.
La investigación apunta a la progesterona como “posible parte de la base neuroendocrina para la vinculación social en los seres humanos”, según la doctora Stephanie Brown, su autora principal.
Investigaciones anteriores habían revelado que mayores niveles de progesterona aumentan el deseo de vincularse con otros, pero el estudio actual demuestra que la vinculación con otros aumenta los niveles de esta hormona.
El estudio también vincula los incrementos de la hormona con una mayor voluntad de ayudar a otras personas, algo que, según la doctora, ayuda a entender mejor el comportamiento humano.
Para los investigadores, dijo, es “importante encontrar los vínculos entre los mecanismos biológicos y el comportamiento social humano”. Estos vínculos nos pueden ayudar a entender por qué la gente que vive en relaciones muy cercanas son más felices, están más sanos y viven más que los que están socialmente aislados”, subrayó Brown.
Para realizar el estudio, los investigadores examinaron la relación entre cercanía interpersonal y progesterona de 160 mujeres. Al inicio midieron los niveles de progesterona y de la hormona del estrés a través de la saliva y analizaron sus ciclos menstruales.
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