FUENTE:elguardianrd.com
johannypad01@hotmail.com
s normas existentes en su país. El embajador Brewster lo hace con el argumento de solidarizarse con el sufrimiento de todos aquellos y aquellas que por su proyecto de vida sexual y afectiva sufren desprecio, discriminación y atropello en una sociedad machista y patriarcal.
Considerando que un embajador en República Dominicana (y en
cualquier país) no es un individuo independiente ni un viajero feliz, sino el
representante de un Jefe de Estado extranjero ante el Jefe del Estado
dominicano, me permito compartir con el señor embajador Brewster cinco
recaudos, es decir señales de precaución, antes de que sin querer haga sentir
que nos toma el pelo y sus esfuerzos pedagógicos queden incompletos. Hay que
tomar en cuenta que el señor Brewster ganó un sitial de respeto en el círculo
del presidente Obama por sus esfuerzos como recaudador de fondos en la campaña,
lo que relacionado con su designación diplomática hace pensar que su influencia
puede ser productiva.
1. Ya que usted ha tomado la bandera de la defensa de los
derechos civiles, explíquenos qué hace usted y qué ha hecho su gobierno en
provecho de la verdad y la justicia en los casos de las cruentas represiones
contra los estudiantes universitarios y el movimiento hippie de Estados Unidos,
y los asesinatos de connotados luchadores por esos derechos, dígase Martin
Luther King, Malcom X, las mujeres quemadas en la fábrica Triangle Shirtwaist,
además de figuras como los hermanos Rosenberg llevados a la silla eléctrica por
sus ideas.
Aproveche también de explicar y pedir perdón a nombre del
noble pueblo de los Estados Unidos por el asesinato bestial de las hermanas
Mirabal en República Dominicana, a manos de un tirano entrenado, financiado y
apoyado sistemáticamente por el Estado que usted representa. Por esa muerte se
conmemora el Día Internacional de la No Violencia contra la Mujer cada 25 de
noviembre.
2. Insistiendo en el tema de los derechos fundamentales, que
no deben encasillarse como en dispensadores de supermercado, explíquenos
porqué los sucesivos gobiernos de Estados Unidos -incluyendo el del
presidente Obama- no han ratificado jamás el Pacto de Kyoto, siendo la potencia
más contaminante del planeta; tampoco han ratificado la carta de Derechos del
Niño; no reconocen al Tribunal Penal Internacional; y, no obstante alojar en
Washington y financiar a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos,
ustedes no son signatarios del sistema interamericano establecido para proteger
los derechos fundamentales. Su gobierno, señor Brewster, tiene concentrados
miles de niños centroamericanos separados de sus familias, y un muro en la
frontera con México que no tiene nada que envidiarle al genocidio que ocurre en
Palestina. Y nadie los puede acusar ni juzgar.
3. Para ganar legitimidad, no continúe la gira de “visitas”
y “audiencias” con los dirigentes políticos de este país, y además haga público
el contenido real de todas sus conversaciones con la élite política y
empresarial. ¿Se imagina usted a un diplomático dominicano, salvadoreño o
boliviano teniendo entrevistas con los líderes políticos de Estados Unidos y
además dándole publicidad en la prensa? Si revisa los expedientes revelados por
Wikileaks y el escándalo que desataron en los medios de comunicación, sabría
que esas relaciones insanas provocan mucha vergüenza e indignación.
4. Hágale saber al gobierno y al Jefe de Estado que
usted representa, y con la venia del cual quiere enseñarnos a respetar los
derechos humanos, que ya que ha jurado sobre la biblia de Abraham Lincoln
debería detener el crecimiento del poder atómico de su país, capaz de destruir
el planeta Tierra 3500 veces; que debería dejar de bombardear países como Irak,
Afgnanistán y Libia donde vuestra invasión ilegal ha asesinado a millones de
hombres, mujeres y niños sin ninguna consideración por sus derechos; que
debería cumplir su promesa de cerrar el campo de concentración de Guantánamo y
hacer que los responsables de las violaciones, abusos sexuales, vejaciones,
torturas y crímenes realizados allí, en la cárcel de Abu Ghraib y en cualquier
otro lugar del planeta, paguen sus culpas con la misma fiereza con que
persiguen a Edward Snowden por revelar crímenes contra la Humanidad.
Le recomiendo también que deje de ser el emisario a través
del cual el mismo establishment que disfruta cocaína en Wall Street, impone con
dinero, entrenamiento, equipos y “cooperación técnica” la política
“anti-drogas” que en nuestros países pobres y saqueados sólo significa muerte y
destrucción de los jóvenes de los barrios más humildes, carnes de cañón tanto
de narcotraficantes como de fuerzas represivas.
5. En quinto y último lugar, señor embajador, le digo lo
siguiente: Es terrible oírlo hablar de “derechos civiles”. Cuando en República
Dominicana y América Latina han habido regímenes (Trujillo, Balaguer, Batista,
Somoza) que violan derechos fundamentales, empezando por el derecho a vivir,
ustedes los han impuesto y mantenido amorosamente. Cuando en 1963 el gobierno
de Juan Bosch y la Constitución dominicana establecieron la igualdad de hijos y
la igualdad de salario y derechos entre mujeres y hombres, ustedes lo mandaron
a tumbar y el predecesor de Joe Biden, Lyndon B. Johnson, salió a decir que los
dominicanos alzados en 1965 eramos bestias que andábamos con cabezas ensartadas
en lanzas, y con tamaña justificación nos invadieron. Usted, señor Brewster, no
tiene mucho que enseñarles a los/as LGBT dominicanos/as, porque los más
vulnerables de ellos/as son pobres e indefensos, se valen por sí solos/as,
mientras usted anda en carro blindado y viviendo una vida de lujo, con
comodidades y seguridad financiada por ellos.
Y le digo más, embajador: usted como ser humano merece todo nuestro respeto y consideración, pero sabe muy bien que todo este discurso de los derechos fundamentales y los derechos civiles es, de vuestra parte, una gran hipocresía, una bandera que sólo levantan bajo el principio aquel de “derechos de minorías”.
Y le digo más, embajador: usted como ser humano merece todo nuestro respeto y consideración, pero sabe muy bien que todo este discurso de los derechos fundamentales y los derechos civiles es, de vuestra parte, una gran hipocresía, una bandera que sólo levantan bajo el principio aquel de “derechos de minorías”.
Por que si un día los/as LGBT, mujeres y hombres abusados y
explotados, negros discriminados, pobres marginados y todos los maltratados de
la República Dominicana se unieran para levantar con las mismas manos y a una
sola voz, como mayoría, todos los derechos y la dignidad que les han sido
conculcados con vuestra activa complicidad, ustedes serían los primeros en
invocar que la democracia y los derechos humanos están en peligro y ayudarían, otra
vez, a imponernos sanciones y, quizás, a otro democrático y humanista golpe de
Estado u otro pedagógico dictador.
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