Pero, ¿qué pasa en un encuentro sexual cuándo elegimos tal o cual tipo de música? Algunas de las conclusiones son:
Heavy metal. Si se es amante del sexo duro, ese que lleva al éxtasis total, hay que elegir a los Iron Maiden como compañeros de cama. Este tipo de música influye en los hombres que segregan más testosterona y embrutece el deseo sexual. Es importante destacar que escuchar metal hace que, después de llegar al orgasmo, se liberen estrógenos, pasando de una situación enérgica a otra más tranquila.
Reguetón. A pesar de que es el llamado “ritmo del sexo”, en realidad no es tan afrodisíaco como parece. Según el estudio, escuchar este tipo de música daña la parte simpática del hipotálamo, disminuye la capacidad cerebral y la memoria a corto plazo.
Rock. Escuchar a AC/DC o Extremoduro hace que nos olvidemos de los problemas del día a día y mejora el estado de ánimo. La sensación de practicar sexo mientras se escucha rock es parecida al efecto embriagador del alcohol.
Pop y disco. Si quieres sexo divertido y pasar un buen rato con la pareja, hay que contar con David Guetta o Maroon Five. Sus efectos fomentan la alegría y son parecidos a aquellos que experimentamos al comer un dulce o una golosina.
Música clásica. Conocida es la capacidad que tiene este género musical para tranquilizar a las personas e incluso para dormir bebés. Es ideal para disfrutar de un sexo pausado, duradero y relajante. Es recomendable para sexo tántrico.
Blues y jazz. Los ritmos relajados favorecen relaciones sexuales tranquilas, sensoriales y que unen de forma emocional a la pareja. Canciones de este tipo crean un ambiente cálido y sensual muy propicio para el sexo.
Música electrónica. Estos sonidos estimulan las hormonas energéticas, que al liberarse en el cuerpo generan hiperactividad, encuentros sexuales rápidos y pletóricos.
Fuente: canal44.com
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