Se puede llegar a ver al amor como la trampa más letal de todas, existe gente que saldrá corriendo en la dirección contaria cada vez que el innombrable se cruza en su camino. La sola palabra matrimonio o noviazgo, aún peor COMPROMISO, puede hacer temblar a los más valientes y lo más alarmante de todo es que cada día las filas de los anti-amor crecen a paso gigantesco.
Cuando estas personas finalmente encuentran a su alma gemela, intentaran hasta lo imposible para deshacerse de ella. Luego de que la etapa de la diversión termina y el asunto comienza a ponerse serio, quienes temen al compromiso ejecutaran todos los planes que conocen para estropear las cosas. Haran uso de sus defectos exagerándolos, ignoraran y criticaran al otro, nada de lo que pueda hacer su pareja será suficiente para complacerlos y se encargaran de que lo sepan, en algunos casos extremos también se recurre a la infidelidad, todas técnicas muy eficientes para sabotear una relación.
¿Cuál es el propósito de destruir una relación? Se debe al miedo al compromiso, pero este miedo no existe porque sí, en cada caso encontramos una explicación profunda, algo que vas más allá de un deseo de divertirse, o de una creencia de que esa persona es insensible y no se preocupa por los sentimientos ajenos.
Uno de los casos más clásicos es haber sido lastimados una vez por alguien. Se entregaron en cuerpo y alma al amor, entregaron su confianza, su tiempo, sacrificaron cosas por ese alguien especial, sólo para que les pisotearan el corazón. Y si estos sujetos tienen la oportunidad de conocer a alguien que realmente les quite el aliento, ante el menor indicio de amor harán uso de su arsenal destructivo para borrar del mapa hasta la más mínima posibilidad de algo serio. Al reconocer inconcientemente patrones familiares, aquellos que una vez compartieron con la pareja anterior, se genera una señal de alarma. Es ahí cuando saben que si no hacen algo al respecto van a volver a enamorarse, que en su mente equivale amor=dolor. En su búsqueda de evitar sentirse lastimados, reaccionan primero y quieren ser ellos los que abandonen al otro antes de convertirse en los abandonados, es así como la víctima se transforma en victimario y le hacen a alguien que nada tenía que ver con su experiencia, lo mismo que le hicieron a ellos.
Otra de las conductas que se manifiesta es salir con varias personas en un determinado período de tiempo. Antes de que el cariño comience a gestarse, saltan a otra persona sin pensarlo. Todo es a base de la velocidad, si permanecen poco tiempo con alguien entonces el otro no podrá hacerse un lugar en su corazón.
También podemos observar que se teme no sólo a las cosas que hemos vivido, sino también a la que han experimentado otros. Por ejemplo, si la madre o el padre, un familiar, un querido amigo, han sido traicionados, han sido utilizados y sufrido infidelidad, definitivamente es algo que puede pasarnos a nosotros. Podemos caer en esta falacia de una manera tan paulatina y ferviente que ni siquiera nos damos cuenta. Las penas ajenas se convierten en propias y si a ellos les sucedió, ¿por qué no a nosotros? Incluso esas personas cercanas pueden contaminarnos con su discurso “todos los hombres son iguales”, “las mujeres sólo están tras el dinero”, “no confíes ni en tu sombra”, “dices que tu novio es diferente, ¿qué, acaso te sacaste la lotería? estás ciega” Y su suspicacia y enojo con respecto a toda la humanidad, nace de ese dolor que ellos padecieron, pero no conforme con sufrir ellos, intentan que los demás caigan en su mismo estado de desilusión. Como tontos podemos envolvernos en esa trampa que la gente decepcionada nos tiende sin entender qué lo están haciendo, creyendo honestamente que solamente nos hacen un favor. Si nos criamos con una imagen tan amarga, frívola y deprimente del amor es obvio que querremos huir como locos, así que a veces tenemos que aprender a no escuchar a los demás, no si no tienen nada beneficioso que compartir.
Ciertas personas poseen una autoestima muy baja, no aprecian su cuerpo, no se consideran atractivos o detestan algún aspecto de su personalidad. Se sienten tan poca cosa que se encargan de demostrarle al mundo lo poco merecedores de amor que son. Como profecía auto cumplida ni siquiera intentan tener pareja, ya que están convencidos de que todos sus esfuerzos serán en vano, ese hombre, esa mujer, jamás se fijaran en ellos. Estas conductas pueden intentar racionalizarse, le dirán a todos que en realidad no les interesa estar con nadie, tener novio o novia es aburrido, es mejor estar soltero y disfrutar de la libertad. Algunos son concientes de que están mintiendo, otros serán capaces de engañarse a sí mismos, con el consecuente estado de tristeza y soledad que esto conlleva.
Estar en pareja conlleva responsabilidad en cuanto al otro, responsabilidades que algunas personalidades inmaduras, a quienes les cuesta hacerse cargo de las consecuencias de sus actos, no es están dispuestas a tolerar. Eso hará que continúen buscando excusas y maneras para poder evitar finalmente sentar cabeza. Las personas narcicistas, que realmente tienen un problema en captar las necesidades del otro, encontraras desgastante darle importancia a alguien más que ellos.
Debemos tomar en consideración que nada de malo tiene estar solo, siempre y cuando sea una decisión elegida por las razones apropiadas y no como un escudo para protegerse contra lo que quizás podría llegar a suceder.
El miedo al compromiso puede convertirse en algo muy doloroso, ya que evita que la persona al disfrute de uno de los sentimientos más bonitos. Puede ser un impedimento muy severo en el sentido de que constantemente se estará saboteando cada oportunidad amorosa que se presente, privándose de experimentar una relación que puede propiciar felicidad y sentimiento de completud. Así que tomate tu tiempo para meditar sobre cuál es la verdadera razón por la cual continúas solo, ¿lo deseas o es el terror hablando por ti?
Como sabes tú eres el dueño de tu propio destino y los miedos pueden ser conquistados, nada tiene derecho a quitarte una de las experiencias más intensas, entrégate y aprende a estar en contacto con tu verdadero deseo. No te engañes a ti mismo, vivir una mentira toda tu vida hará que te conviertas en una persona amarga y triste. Intenta amar, después de todo no hay nada que perder. Si tu miedo es ser herido, lo cual puede ser una posibilidad cuando te involucras en una relación, piensa que en realidad es solo una POSIBILIDAD, no necesariamente te sucederá a ti, y si ocurre, al menos será una experiencia que te hará crecer. No aventurarte, quedarte atrapado en el miedo paralizante, solamente te privará de madurar, de experimentar, te hará sentirte por fuera del mundo. A veces tenemos que permitir que las cosas fluyan sin cuestionarnos tanto, reprimir los sentimientos es algo que en realidad terminara limitándote como ser humano y acarreara sentimientos negativos que estarán ahí, molestándote, y ni siquiera sabrás qué es lo que le falta a tu vida. Así que nada de excusas y emprende el camino, quizás puedas llevarte una linda sorpresa tan sólo con intentarlo.
Fuente: psicologiapositivauruguay.com
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