La Asamblea y el Senado de Nueva York aprobaron ayer una legislación que legaliza la marihuana para uso médico, tras un acuerdo entre demócratas y republicanos que pone fin a meses de discusiones.
Nueva York se convertirá así en el vigésimo tercer estado del país que autoriza el uso de la sustancia para aliviar los dolores de enfermos de cáncer, sida, glaucoma, esclerosis múltiple y otras enfermedades graves, así como para tratar a niños con ataques epilépticos.
La normativa tardará en torno a un año y medio en entrar en vigor, un periodo en el que la administración pública debe precisar las reglas y señalar quién se encargará de suministrar la droga.
A priori serán cinco las entidades -empresas y asociaciones sin ánimo de lucro- las que dispensarán marihuana con cuatro centros cada una a través del estado.
A diferencia de otros estados, Nueva York no permitirá fumar la esa hierba, que podrá consumirse por vía oral o en vaporizadores.
La Asamblea estatal aprobó la normativa esta madrugada y el Senado completó horas después el trámite en una votación con 49 votos a favor y 10 en contra, según informó la propia cámara.
El gobernador Andrew Cuomo, impulsor del plan, señaló en declaraciones a los medios que la marihuana tiene "beneficios médicos significativos" y puede "ayudar a muchas personas con dolores, que están sufriendo".
Al mismo tiempo, aseguró que la legislación presenta un "equilibrio" adecuado a la hora de evitar problemas de salud pública y destacó que finalmente no se permitirá fumar la marihuana, una de las prioridades de su plan.
Además, la ley incluye sanciones penales para quienes intenten defraudar el sistema y establece que el gobernador puede suspender el programa si detecta problemas.
En Estados Unidos, más de veinte estados permiten ya el uso medicinal de la marihuana, mientras que Colorado y Washington han aprobado, además, su utilización con fines recreativos.
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